La literatura persa abarca un período cultural más de dos mil quinientos años, aunque la mayoría de los documentos pre-islámicos se han perdido. Sus orígenes provienen de las lejanas regiones más allá de las fronteras del actual Irán, porque la lengua persa floreció y sobrevive en vastas franjas de Asia Central. Así Rumi, uno de los poetas persas -e islámicos- más respetados, escribió en persa aunque vivió en Konya, actual Turquía, luego capital de los selyúcidas. Los gaznavidas conquistaron grandes territorios en Asia Central y en el sur de ese continente, adoptando el persa como idioma de su corte. Por tal motivo existe literatura persa de regiones que en la actualidad son parte de Afganistán, Pakistán , India y Asia Central. No toda está escrita en persa; a menudo se incluyen las obras escritas por autores de etnia persa en otros idiomas, incluyendo griego y árabe.
Las obras que se conservan, sea en persa antiguo o en persa medio, datan de épocas tan remotas como el año 650 a.c, fecha de las inscripciones aqueménidas más antiguas que se conocen. La mayor parte de la literatura, sin embargo, proviene de la época posterior a la conquista islámica de Persia (Iran), cerca del año 650. Luego de que los abásidas llegaran al poder (750), los persas se convirtieron en los escribas y burócratas del imperio, y paulatinamente, también en sus escritores y poetas. Escribieron en su propio idioma y en árabe, predominando el primero en los círculos literarios. Los poetas como Saadi, Hafiz, Rumi y Omar Jayyam son bien conocidos en todo el mundo y han influenciado la literatura de varios países.
Literatura clásica
I. Literatura pre-islámica
Se han conservado muy pocas obras literarias de la antigua Persia. La mayoría son inscripciones reales de los reyes aqueménidas, particularmente Darío I (522-486 a. C.) y su hijo Jerjes. Los escritos zoroastrianos fueron destruídos durante la conquista de Persia (Irán) por el Islam, aunque los parsi que huyeron a la India llevaron algunos de los libros del cánon de Zoroastro, incluyendo varios Avesta y los antiguos comentarios (Zend). Algunos trabajos de la geografía sasánida sobrevivieron a través de transcripciones árabes.
No se conserva ningún texto simple dedicado a la crítica literaria de la Persia pre-islámica. Sin embargo, algunos ensayos en Pahlavi como Ayin-e name nebeshtan y Bab-e edteda’I-ye de Kalile va Demne se consideran crítica literaria.Algunos investigadores han señalado al Sho’ubiyye como prueba de que los persas pre-islámicos poseían libros sobre elocuencia tales como el Karvand. Sin embargo no hay rastros de tales libros. Existen indicios que muchos entre la elite persa estaban familiarizados con la retórica griega y la crítica literaria.
II. Literatura del período medieval y pre-moderno
Aunque inicialmente la conquista árabe produjo la islamización de la cultura, durante los califatos Omeya y principio del Abásida, los persas retomaron su lenguaje literario. Este renacimiento se acredita usualmente a Ferdowsi, Unsuri, Daqiqi, Rudaki y su generación, quienes utilizaron el nacionalismo pre-islámico como camino para revivir el lenguaje y la cultura de la antigua Persia.
Particularmente dice Ferdowsi de sí mismo en su Shahnameh:
Por treinta años sufrí mucho dolor y congoja,
con el idioma persa di el brío del Ajam y la vida
Poesía
Tan fuerte es la aptitud persa para versificar expresiones que uno puede encontrar poesía en casi todas las obras clásicas, incluyendo literatura, ciencia o metafísica. En pocas palabras, la habilidad para escribir en verso era un requisito previo para cualquier erudito. Casi la mitad de los escritos médicos de Avicena están versificados.
Las obras del período temprano se caracterizan por su fuerte dependencia del patronazgo cortesano, con extravagantes panegíricos, y lo que se conoce como «estilo exaltado». La tradición del patrocinio real comenzó posiblemente con los sasánidas , y se mantuvo durante la época abásida y samánida ente las principales dinastías persas. La forma de panegírico más utilizada fue sin duda el Qasida con estrofas en cuarteta, como en Rubaiyat (Ruba`iyyat, «cuartetas», en árabe), de Omar Jayyam.
El estilo «Jorasaní», con la mayoría de sus seguidores relacionados con el Gran Jorasán, se caracteriza por su dicción altanera, tono digno, y lenguaje relativamente literario. Los representantes principales de este lirismo son Asjadi, Farrojí Sistani, Unsuri, y Manuchehrí. Los maestros del panegírico como Rudakí eran conocidos por su amor por la naturaleza, con versos donde abundaban las evocaciones.
Desde estas cortes y sistema de patronazgo emergió el estilo épico de la poesía, con Ferdowsi y Shahnameh en la cima. Glorificando la historia de Irán mediante versos heroicos y elevados, ellos y otros notables como Daqiqi y Asadi Tusi presentaron el «Ajam: no Árabe, Irani» como una fuente de orgullo e inspiración que les ayudó a preservar un sentimiento de identidad para el pueblo iraní a través del tiempo. Ferdowsi constituyó un modelo seguido por una infinidad de poetas posteriores.
El siglo XIII marca el ascenso de la poesía lírica con el desarrollo y perfeccionamiento del ghazal, así como el amanecer del misticismo y la poesía Sufí. A este estilo se lo llama frecuentemente «estilo eraqi», y es conocido por sus cualidades de emoción lírica, ricas métricas, y la relativa simplicidad de su lenguaje. La poesía romántica no era del todo nueva, con obras como «Vis o Ramin» de Asad Gorgani y «Yusof o Zoleija» de Am’aq. Poetas como Sanai y Attar (que inspiró ostensiblemente a Rumi), Jaqani Shirvani, Anvari, y Nezami fueron escritores ghazal muy respetados. Sin embargo, la elite de esta escuela la constituyen Rumi, Saadi, y Hafiz.
En el género didáctico puede mencionarse al Hadiqatul Haqiqah de Sanai así como el Majzan-ul-Asrār de Nezami. Algunos trabajos de Attar pertenecen también a este género así como las principales obras de Rumi, a pesar de que algunos prefieren incluirlas en el tipo lírico debido a sus cualidades místicas y emotivas. Además algunos tienden a agrupar la obra de Naser Josrow en este estilo, a pesar de que la gema verdadera del mismo es el Bustan de Saadi, un peso pesado de la literatura persa.
Después del siglo XV, tuvo lugar el «estilo indio» de la poesía persa, a veces llamado «Isfahaní» o «Safaví». Este estilo tiene origen en la era timúrida, y produjo obras como las de Amir Josrow Dehlavi.
Ensayos
El ensayo más significativo de esta era es «Chahār Maqāleh», de Nizami Arudhi Samarqandi, así como el compendio de anécdotas de Jawami ul-Hikayat escritas por Zahiriddin Nasr Muhammad Aufi. El Qabusnama («Espejo del príncipe»), la famosa obra de Shams al-Mo’ali Abol-hasan Ghaboos ibn Wushmgir es muy estimada entre la literatura persa. También resulta muy significativo el Siyasatnama de Nizam al-Mulk , famoso visir persa. Panchatantra, traducción de cuentos populares indios también puede mencionarse en este género, ya que se los ve como una colección de refranes en los estudios literarios.
Biografías, hagiografías y trabajos históricos
Entre las principales obras biográficas e históricas de Persia clásica, puede mencionarse el famoso Tarij-i Beyhaqi de Abolfazl Beyhaghi, Lubab ul-Albab de Zahiriddin Nasr Muhammad Aufi , que ha sido considerado fuente cronológica por muchos investigadores, y Tarij-i Jahangushay-i Juvaini de Ata al-Mulk Juvayni, que detalla los eventos mogoles y del Iljanato, el «Tazkirat al-Awliya» de Attar es un registro detallado de los místicos sufíes, referenciado luego por varios autores y considerado un trabajo significativo en hagiografía mística.
Crítica literaria
La obra de crítica literaria persa más antigua que se conserva es Muqaddame-ye Shahname-ye Abu Mansuri, escrita en el período samánida. El trabajo comenta los mitos y leyendas de Shahnameh y está considerado el ejemplo más antiguo de prosa en el idioma. Muestra también la intención del autor de evaluar críticamente obras literarias.
Narrativa
«Las mil y una noches» es una obra épica de la Edad Media que narra la historia de Scheherezade (), una reina sasánida, que debe relatar una serie de cuentos a su malévolo esposo, el rey Shahryar, para demorar su ejecución. Los cuentos se narran a lo largo de mil y una noches, y cada noche Scheherazade culmina su narración con una situación de suspenso, forzando al rey a mantenerla viva hasta el día siguiente. Cada uno de los cuentos fue creado a lo largo de siglos por distintos autores y en distintos estilos, y varios fueron famosos por derecho propio. Algunos ejemplos notables son Aladino, Alí Babá y los cuarenta ladrones, y Simbad el marino.
El núcleo de las narraciones lo forma Hazār Afsānah, una colección de cuentos populares indios y persas de la época sasánida. Durante el reinado del califa Harun al-Rashid en el siglo VIII, la ciudad de Bagdad era un centro cosmopolita económica y culturalmente importante, frecuentada por mercaderes del Imperio persa, China, India, África y Europa. Fue durante esta época cuando muchos de tales cuentos pasaron a formar parte de la tradición oral, para luego ser recopilados en un libro. El último compilador y traductor fue el reputado narrador del siglo IX Abu abd-Allah Muhammad el-Gahshigar, y la «historia marco» de Scheherezade parece haber sido agregada en el siglo XIV.
Diccionarios
Dehjoda incluye 200 obras lexicográficas en su monumental diccionario, las primeras del período sasánida, entre otros Farhang-i Avim y Farhang-i Menajtay .
Los léxicos más ampliamente usados en la Edad Media fueron los de Abu Hafs Soghdi y Asadi Tusi , escrito en 1092. También resaltan en el corpus lexicográfico las obras de Mohammad Moin. En 1645 Ravius y Lugduni completaron un diccionario persa-latín. A éste le siguió la edición de 2 volúmenes de Oxford de 1777 por J. Richardson y el diccionario persa-inglés de 1770 de Gladwin-Malda, el diccionario persa-ruso de Scharif y St.Peters (1869), y al menos otros 30 diccionarios de traducción hasta 1950.
Influencia de la literatura persa
Literatura sufí:
William Shakespeare se refirió a Irán como «la tierra de los sufíes». Algunos de los más populares poetas medievales fueron sufíes, y su poesía en distintas lenguas fue y es ampliamente leída en todo el mundo islámico. En particular se reconoce a Rumi como la cúspide del sufismo poético en lengua persa. Los temas y estilos de su poesía devocional han sido imitados por muchos poetas posteriores.
Además de la poesía, la literatura sufí persa comprende tratados en prosa, también de gran valor. Entre ellos se encuentran Kimiya-ye sa’ādat de Abu Hamid Qazzali, Asrār at-Tawhid, que recoge dichos de Abu Said Abi-l-Jeyr, y las Maqālāt de Shams de Tabriz.
Regiones que estuvieron bajo dominio gaznavida o mogol
Afganistán y Asia central
Afganistán y la Transoxiana reivindican ser el lugar de nacimiento de la moderna Persia. Muchos de los patrocinadores de la literatura persa, como el sultán Sanjar, las cortes gaznavida y samánida pertenecieron a esta región, así como maestros de la talla de Rudaki, Unsuri, y Ferdowsi. Esta rica herencia sobrevive en los países actuales que componen la región, como Tajikistán, Uzbekistán y Afganistán
India, Pakistán, y Cachemira
Con el gobierno de los gaznavidas y sus sucesores los guridas, timúridas y el imperio Mogol, la cultura persa y su literatura se difundieron gradualmente en el vasto subcontinente indio. El persa fue el idioma de la nobleza, los círculos literarios, y la corte real mogol por siglos. En tiempos modernos el persa ha sido en general suplantado por el idioma urdú, un dialecto indostaní fuertemente influenciado por el persa.
Bajo el imperio Mogol en India durante el siglo XVI el idioma oficial pasó a ser el persa. Recién en 1832 el ejército británico forzó al subcontinente indio a manejar sus negocios en idioma inglés. La poesía persa de hecho floreció en estas regiones mientras la literatura pos safávida se estancaba en Irán. Dehjoda y otros investigadores del siglo XX, por ejemplo, basaron su trabajo en la detallada lexicografía producida en India, usando compilaciones como Adat al-Fudhala de Ghazi Jan Badr Muhammad Dehlavi y Farhang-i Ibrahimi de Ibrahim Ghavamuddin Farughi, y particularmente Farhang-i Anandraj de Muhammad Padshah. Poetas famosos del sur asiático como [Amir Josrow Dehlavi] y Muhammad Iqbal de Lahore encontraron muchos admiradores en el mismo Irán.
Literatura occidental
La literatura persa fue poco conocida en occidente antes del siglo XIX. Pasó a ser más conocida luego de la publicación de varias traducciones de las obras de poetas persas del medioevo tardío, y a partir de allí inspiró la obra de poetas y escritores occidentales.
Alemania
En 1819, Goethe publicó West-östlicher Divan, una colección de poemas líricos inspirados en una traducción al alemán de Hafiz (1326-1390). El filósofo y ensayista alemán Nietzsche escribió el libro Así habló Zaratustra (1883-1885), referido al antiguo profeta persa Zoroastro, (c. 1700 a. C.).
Reino Unido y Estados Unidos
Una selección de Shahnameh de Ferdowsi (935-1020) fue publicada en 1832 por James Atkinson, un médico empleado por la British East India Company. Una parte de este compendio fue luego versificada por el poeta británico Matthew Arnold en su obra Rustam and Sohrab (1853).
El poeta estadounidense Ralph Waldo Emerson fue otro admirador de la poesía persa. Publicó en 1876 varios ensayos que discutían el tema:Letters and Social Aims, From the Persian of Hafiz, y Ghaselle.
Posiblemente el poeta persa más popular de los siglos XIX y XX fue Omar Jayyam (1048-1123), cuya Rubaiyat fue traducida libremente por Edward Fitzgerald en 1859. Jayyam es reconocido más como estudioso que como poeta en su país natal, pero con la versión de Fitzgerald se convirtió en uno de los poetas más citados en inglés. La frase de Jayyam, «Una hogaza de pan, una jarra de vino y tú», es muy conocida por personas que no podrían decir quien o dónde se escribió.
El poeta y místico Rumi (1207-1273) (conocido como Molana en Irán) ha atraído a muchos seguidores a fines del siglo XX y principios del XXI. Traducciones populares de Coleman Barks han presentado a Rumi como un sabio de la «nueva ola». También hay un número creciente de traducciones realizadas por investigadores como A. J. Arberry.
Los poetas clásicos Hafiz, Saadi, Jayyam, Rumi, Nezami y Ferdowsi son ampliamente conocidos en el ámbito de la cultura inglesa, y sus obras pueden leerse en diversas traducciones. Los trabajos de otros representantes de la literatura persa permanecen sin traducir, y son por tanto poco conocidos.
Suecia
Durante el último siglo, numerosas obras de la literatura clásica persa han sido traducidas al sueco por el barón Eric Hermelin. Las traducciones incluyen obras -entre otros- de Farid al-Din Attar, Rumi, Ferdowsi, Omar Jayyam, Saadi y Sanai. Influenciado por los escritos del místico sueco Emanuel Swedenborg, le atrajeron especialmente los aspectos religiosos sufíes de la poesía clásica.
Más recientemente Rumi, Hafiz y Fajruddin ‘Iraqi están disponibles en traducciones de Ashk Dahlén, investigador en estudios iraníes, quien ha hecho conocer la literatura persa a una amplia audiencia en Suecia.